Nuestra motivación es corregir un modelo de desarrollo, erróneo, injusto y asimétrico, implantado en España desde mediados de los años 50 del siglo pasado. Un modelo de desarrollo extractivista para muchos territorios que se ha consolidado con las decisiones y estrategias políticas de las últimas décadas, que han derivado en la concentración de la población, el desarrollo, los servicios y las oportunidades en determinadas zonas del país, mientras que han olvidado y vaciado otros territorios. Pueblos, comarcas y pequeñas y medianas ciudades, que se han dejado atrás, víctimas del olvido o del desinterés y que en la actualidad acusan graves problemas de despoblación, envejecimiento, carencia de oportunidades, dificultades de acceso a los servicios básicos, falta de dinamismo económico… que llegan incluso a amenazar su supervivencia.
Somos la reacción a la ausencia de una verdadera política de vertebración territorial, porque muchos territorios ya no disponen de más tiempo.
Queremos que ser pocos no reste derechos. Queremos que exista una auténtica igualdad de oportunidades y servicios que garantice el derecho a poder elegir dónde vivir.
